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Comienza el Año Nuevo con una mentalidad diferente

  • Foto del escritor: Jaqueline Estrada Lozoya
    Jaqueline Estrada Lozoya
  • 28 dic 2024
  • 3 Min. de lectura


Si me dieran una moneda por cada vez que escucho frases como “en enero me pongo las pilas”, “ya nomás la rosca” o “después de los tamales del 2 de febrero ahora sí empiezo la dieta”, probablemente tendría más dinero en el banco que las Kardashian.

Este tipo de pensamiento, que suele intensificarse durante el maratón Guadalupe-Reyes, daña nuestra relación con la comida y nos sumerge en un círculo vicioso de extremos: de la restricción al atracón, como si nada.


Estamos tan acostumbrados al famoso “el lunes empiezo la dieta” que los fines de semana se han convertido en una especie de ritual de última cena, donde se come de todo antes de regresar al calvario de la restricción.


La realidad es que los hábitos saludables se construyen día a día, con pequeñas acciones constantes que no dependen del calendario ni de las vacaciones. Esa mentalidad de “todo o nada” es una receta segura para desarrollar una relación negativa con la comida.


Es completamente normal que durante las fiestas decembrinas comas diferente al resto del año. Es natural que entre reuniones familiares y con amigos te pases un poco con los tragos o el pastel. Y, aunque puedas sentir culpa, ese extra de pierna o haber mezclado espagueti con puré no hará que subas cuatro kilos de la noche a la mañana.


El verdadero problema surge al entrar en el círculo vicioso del permiso y la prohibición. Muchas personas viven estas fechas como si fueran la única oportunidad de disfrutar sus platillos favoritos antes de empezar enero con el objetivo de adelgazar. Así, llegan al extremo de aprovechar al máximo las posadas para luego enfrentarse a dietas restrictivas (que usualmente terminan en excesos antes de San Valentín).


Si esto te suena familiar, quiero compartir algunos consejos para retomar tu rutina de manera saludable y sostenible, para que no solo inicies el año con el pie derecho, sino que también logres disfrutar cada diciembre sin culpas ni extremismos.


Consejos para retomar hábitos saludables


  1. Come con atención. Presta atención a tu plato, evita distracciones mientras comes y escucha las señales que tu cuerpo te envía. Disfruta cada bocado y sé consciente de lo que estás comiendo.

  2. Evita la restricción. No trates de "remediar" lo que comiste en diciembre matándote de hambre en enero. Volver poco a poco a tus hábitos regulares, comiendo lo suficiente, es clave para evitar ansiedad y pensamientos obsesivos sobre la comida.

  3. No busques compensar. Evita conductas extremas como ayunos prolongados, saltarte comidas o sobre exigirte en el gimnasio. Las soluciones drásticas no son sostenibles y suelen llevar al abandono. En su lugar, retoma tus hábitos de forma gradual.

  4. Haz actividad física. El ejercicio es una gran herramienta para cuidar tu salud. No necesitas entrenar durante horas; empieza con lo que puedas, aunque sean 15 minutos al día. Busca una actividad que disfrutes para fomentar la adherencia.

  5. Escucha tus señales de hambre y saciedad. Aprende a comer cuando sientas un hambre moderada y detente cuando estés cómodamente satisfecho. Evita llegar al extremo de comer por desesperación o por inercia, y disfruta del proceso.

  6. Practica el balance. Un estilo de vida saludable no se trata de comer hamburguesas todo el día ni de vivir a base de ensaladas. Incluye todos los grupos de alimentos en la medida de tus posibilidades. Un plato balanceado podría tener proteínas, vegetales, cereales y grasas saludables.

    Y no te obsesiones: si una comida no incluye verduras, no pasa nada; puedes agregarlas en la siguiente. El punto es buscar el equilibrio.


Recuerda, no importa si es enero, junio o diciembre: disfruta tus comidas. Agradece lo que tienes en tu mesa, come con presencia y atención, y descubrirás que comer puede ser una experiencia placentera y satisfactoria.

 
 
 

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